Pestañas

fotosAdri * Sta. María Cadete * ¡Me'n fot! * fotosMarc

sábado, 11 de septiembre de 2010

Castell d'Alaró

El Grupo lo formamos 7 y Leo.Iniciamos la excursión en las casas del Verger, ascendiendo en dirección a la explanada del Pouet, por el camino encontramos madurando los primeros madroños de la temporada, desde allí ascendimos por una calzada bien empedrada pasando a continuación por l’Estret, especie de portillo entre las grandes rocas. Durante todo el camino la escalinata se asoma casi siempre al acantilado pero es el paso obligado para acceder al recinto, observamos los restos de los muros sobre los farallones y nos ponemos a imaginar lo difícil que lo tenían los asediadores para tomar el sitio por la fuerza.Sin apenas darnos cuenta, la vista se topa con la puerta de estilo medieval, de medio punto y grandes dimensiones que permitía el paso a las caballerías y que es la antemuralla de la única entrada al castillo. Posteriormente pasamos a través de la torre del homenaje, la torre mejor situada.El Castell d’Alaró es, en realidad, el mismo rocadal del acantilado, con unos pocos muros, torres de defensa y pequeñas murallas construidas estratégicamente en los sitios que podían ofrecer un acceso más favorable, si fuera posible, a las fuerzas invasoras. Cuesta imaginar la vida militar y guerrera tras las murallas en tiempos pasados.Al lado contrario a la salida del sol, se encuentra un extremo, que junto a la “presó dels moros” en el otro forman los puntos opuestos más lejanos del recinto. Cerca de la torre sur, (presó dels moros), a escasos 50 metros, se sitúa la cova de Sant Antoni, lugar peligroso que visitaremos sin niños.
Desde el acantilado noreste, se divisa la sierra de Tramuntana, en realidad desde el castillo se tiene unas vistas impresionantes de toda la isla; Al este, sa Alcadena, valle de Solleric y la bahía de Alcudia y Pollença; Al sur todo el Pla y a poniente El peñal d’Honor y el puig de Galatzó entre otros puntos de referencia.
Ascendiendo dentro del recinto en dirección sur se encuentra la Hospedería, y la Capilla de la Mare de Déu del Refugi, que el fin de semana anterior se la conmemoraba. Una mirada retrospectiva nos muestra una imagen de la fortificación en su conjunto.Nos dirigimos a la cueva y al acceder a ella la primera sensación es de vértigo y peligro que poco después se disipa y se disfruta de su interior. Dentro y hacia el norte de la cavidad se encuentra una pequeña capilla que algún día contuvo seguramente alguna imagen u objeto de culto.