
Desde aquí podemos hacer un alto para visitar las cuevas cercanas, vale la pena, hay un pequeño santuario dentro, y las paredes han sido esculpidas en parte de forma interesante que nos recuerda a las catacumbas de la cristiandad.

Ahora seguiremos ascendiendo hasta arriba del acantilado. Enfrente una magnífica vista panorámica de las bellísimas calas azules de Portals Vells.

Continuaremos a la derecha, por encima de los acantilados; el sendero es poco definido al principio, pero sin alejarnos en demasía del cortado perfil, es fácil de seguir. Pronto veremos el faro en el cabo de Cala Figuera mientras nos acercamos a él, pasamos por una pequeña cala de arena, es Cala Figuera. Este es un lugar bastante solitario y desértico, aunque muy bello, a pesar de la enorme cantidad de basura marina acumulada, probablemente arrojados por el mar embravecido en días de tormenta. Para continuar, debemos subir la repisa rocosa en el otro lado para encontrar enseguida un sendero de pescadores, muy bien marcado y en unos momentos estamos arriba en el tramo final de la vieja carretera. Giramos a la izquierda para seguirla, entrando en el recinto militar ahora en desuso.

Después de pasar el puesto de la guardia, (contiene una cámara de circuito cerrado de seguridad) nos mantendremos en el camino de piedra a la derecha que conduce directamente a la torre de vigilancia, en lo alto del cabo de Cala Figuera, guardián de estas costas.

Desde aquí ya solo queda recorrer por las aproximaciones del acantilado en dirección El Toro y luego hasta Son Ferrer.