Cala Figuera,
(no confundir con la de Santanyí o Calviá) es de arena y cantos rodados,
singularidad que se puede explicar, pues mirando al mar (soñé), las paredes de
la derecha son de piedra y las de la izquierda de arenisca (marés).
Abandonar la cala para atacar las laderas y vaguadas que dan con la cumbre del Cap de Catalunya, era como tener la sensación de ser expulsados del Paraíso.
Abandonar la cala para atacar las laderas y vaguadas que dan con la cumbre del Cap de Catalunya, era como tener la sensación de ser expulsados del Paraíso.
El
ascenso al Cap de Catalunya, se me antojó, aparte de “parecer” cercano, harto difícil
y no carente de sacrificio, recompensado por las vistas,
el largo tiempo de estancia en la cima y por supuesto, la compañía. Sin embargo el descenso… otro suplicio, sino tan grande como el ascenso, similar.
el largo tiempo de estancia en la cima y por supuesto, la compañía. Sin embargo el descenso… otro suplicio, sino tan grande como el ascenso, similar.
La Cova
del Tresor: Impresionante esa cavidad tan cercana y al mismo tiempo lejana,
ignorada y desconocida…
“De blanca arena, la espaciosa estancia se abre generosa tras sugestivo acceso en el borde del rompiente… la cueva del tesoro. Escenario ideal para desenterrar el cofre, abrirlo y alumbrar con sus joyas la oscura caverna"
“De blanca arena, la espaciosa estancia se abre generosa tras sugestivo acceso en el borde del rompiente… la cueva del tesoro. Escenario ideal para desenterrar el cofre, abrirlo y alumbrar con sus joyas la oscura caverna"
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